El bueno de Salieri

Al malo lo conocemos todos: F. Murray Abraham se encargó de interpretarlo en la magnífica producción cinematográfica «Amadeus», de Milos Forman. Pero nunca es tarde para conocer un poco más al Salieri real, al verdadero, al músico y director, al «maestro de maestros» como se le llegó a conocer en vida.

La muerte nunca es cosa de broma, pero habrá que reírse

Muchos conocen la última frase que se atribuye a Beethoven en su lecho de muerte: «Plaudite amici, comedia finita est». O la trágica situación de un joven Mozart que muere exhausto componiendo un réquiem para otra persona y al final acabó siendo para él mismo (aunque no se pudo tocar en su entierro, al que asistieron apenas cinco músicos, sí se interpretaron algunos fragmentos en una ceremonia llevada a cabo cuatro días más tarde), lo cual no llega a ser gracioso, pero sí resulta un poco irónico. Veamos otros ejemplos menos conocidos.

Un recorrido por los conciertos de piano

Una buena manera de comenzar con buen pie la aventura musical que proponemos en esta sección del blog, es elegir una forma musical determinada y escuchar varias obras de este tipo a lo largo del tiempo. ¿Suena igual una sonata clásica que romántica? Desde los primeros conciertos de Torelli hasta el último de Bruce Springsteen, ¿qué hay de común y de diferente en esto que llamamos concierto? ¿Os atrevéis a probarlo con los conciertos de piano?

Mozart triste

De Wolfgang Amadeus Mozart se pueden decir muchas cosas: fue un hombre alegre, vital, gracioso, alocado, rebelde, inconformista, orgulloso, viajero, políglota, un genio. Pero si algo se dice de la música de Mozart es que ésta es alegre y jovial, casi infantil. Mas ¿es cierta esta afirmación?