¿Qué somos los andaluces?

Me da igual que sea un político catalán como Durán i Lleida, Artur Mas o un miembro del partido popular como Ana Mato los que aprovechen los insultos y comentarios despectivos sobre los andaluces con fines electoralistas. Al final el efecto es siempre el mismo: aumentar el odio entre los españoles, fomentar los prejuicios estúpidos y los tópicos de pandereta, y convertir el país en diecisiete reinos de taifas empeñados en joder al vecino. ¿Queréis saber qué somos los andaluces? Seguid leyendo.

No voy a aburrir con datos objetivos. De nada me sirve decir que Andalucía es la comunidad autónoma más poblada de España y la segunda en tamaño. Inútil sería comentar su riqueza biológica (flora y fauna), medioambiental (parques naturales), gastronómica (vino, aceite…), artística (Flamenco, Alhambra, Mezquita…), turística (mil kilómetros de soleadas playas) o folclórica (ferias, corridas de toros…). Todo eso está no sólo en los libros o en wikipedia (sustituto digital de aquellos) sino en la propia calle, en el ambiente que se respira, en la vida que corre entre Despeñaperros y Gibraltar.

Ahora es necesario hablar de cómo somos los andaluces, y lo haré con toda la «guasa» que de ellos se predica, mas con el rigor de quien se considera no sólo andaluz, sino catalán, alemán y japonés (¡ahí es !).

Los andaluces  no hablamos mal español: hablamos BIEN andalú. Y la diferencia no es baladí. El dialecto andaluz puede afectar a la pronunciación de las palabras, pero no a su escritura. Y con ello quiero decir que un andaluz (salvo que sea un zote) sabe escribir correctamente en castellano, aunque lo pronuncie diferente. Lo mismo no puede decirse de ciertas personas que conviven a diario con un abuso del «laísmo«, hasta el punto de no saber distinguir el complemento directo del indirecto (y este error tan grave lo tengo que padecer en los doblajes de películas e incluso en telediarios y prensa escrita).

Antonio de Nebrija, el creador de la primera «Gramática de la lengua castellana» y del diccionario español-latino y latino-español, fue sevillano.

Los andaluces no somos vagos. Tampoco trabajadores (salvo cuando nos miran). Dejando a un lado generalizaciones estúpidas y etiquetas que detesto, analfabetos, vagos y maleantes hay en Andalucía como en cualquier otro sitio, y parte de la culpa la achaco al clima y a la forma de ser de un pueblo que valora más la picaresca del Lazarillo que la sapiencia del docto. Lazarillo, por otra parte, que considero más «De Guadalquivir» que de Tormes…

Pero los andaluces, cuando queremos, somos creativos, originales, y de ello se benefician muchas empresas y laboratorios (lástima que la mayoría de ellos estén en el extranjero, para desgracia de nuestra tierra y demérito de nuestros políticos de medio pelo). Los andaluces no sólo tocan flamenco para animar sus múltiples y envidiadas fiestas: también han parido a mostruos de la guitarra como Paco de Lucía o Manolo Sanlúcar, por no mencionar a una larga lista de verdaderos artistas y no «triunfitos» de poca monta.

¡Ah! Se me olvidaba. Manuel de Falla fue gaditano. «La tacita de plata» no solamente ofrece chirigotas (¡Como si éstas no fueran reclamo artístico y popular suficiente!), sino a uno de los mejores compositores de la historia española.

Y nuestra primera Constitución…

Podría decir muchas cosas malas de los andaluces, contar las miserias de sus políticos, de su televisión pública, lo ridículo de sus tradiciones beatas ancladas en el pasado y la mezquindad de su alergia endémica al esfuerzo.

Pero hoy es mi cumpleaños y esta es mi tribuna, así que prefiero dedicar este homenaje a todos los andaluces que hacen que el nombre de esta tierra, Andalucía, traiga a mi corazón ecos de alegría, esperanza y cariño.

Ojalá todos los gallegos, vascos, catalanes, andaluces, madrileños y demás españoles sepamos pasar por encima de la idiocia de nuestros representantes públicos y aprendamos a respetarnos y amarnos como hermanos, con lo que nos une y nos diferencia, que son las dos verdaderas cualidades que nos definen como españoles.

25 de Octubre de 2011

Dedicado a la «andaRusa» más salá que he conocido

Categorías: Res publica | Etiquetas: | 4 comentarios

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4 pensamientos en “¿Qué somos los andaluces?

  1. liana

    Para mí, alguién que se ha creado fuera de España, lo andaluz es una mezcla muchas veces genial y a veces extraña de conceptos en ocasiones contradictorios… pero en tu caso tienes un buen ´mix´ – aparentemente muy bien compensado. ¡ MUCHAS FELICIDADES ARTISTA!
    Los toros no sé, ´habría que preguntar a las vacas´, pero Picasso parece un buen ejemplo de lo contrario del «que inventen los demás…». Seguramente se consideraría también una mezcla porque ciertamente la tenía. Así que, ´la cabra tira al monte´ y por ello díría: ¡Viva la combinación de elementos insospechados como p.ej. la andaluz-catalán-germano-japonesa!

    • La verdad es que no me gustan las corridas de toros, como ya explicité en dos entradas anteriores, pero los he citado porque son una realidad del folclore andaluz y casi una seña de identidad (tanto por toreros como ganaderos y afición).
      Picasso tuvo su vena francesa, pero yo le gano por goleada con mi policulturalismo extraño que me hace ser un andaluz ordenado y riguroso a la par que un catalano-germano-japonés gracioso y «salao»!!! jejeje.

  2. Harry HaLLEER (pronunciado con acento catalán, por lo visto), te agradezco que tú también te aventures cada día a demostrar que los andaluces tenemos un caudal cultural que va mucho más allá de lo que la prensa, la televisión o los gilipoyas nos quieran atribuir. Lo que hace falta es que los que están allí abajo también se lo crean y comiencen a pegar puñetazos en las mesas y agarrar lo que les es propio. Y para eso, desafortunadamente, necesitamos un 15M cada año hasta el día del juicio.

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